Un caballero y su princesa

Durante algún tiempo he ido recogiendo piezas sueltas de figuras repetidas por el camino que una chica que conozco, coleccionista, me ha ido regalando. Al principio no los quería para nada y pensé en darlas a los niños en las campañas que hacen algunas ONGs en Navidad (eso probablemente acabaré haciendo, además de regalarlas también a gente que coleccione), pero mientras tanto he decidido ir haciendo un muñequito que sea una especie de mí mismo. No es lo perfecto que me gustaría porque, aunque Playmobil tiene multitud de elementos para ropa y accesorios, en colores no tiene tantos y los componentes de ropa o equipo que me atraían, una vez unidos la verdad no quedaban muy bien.

Ya tenía dos figuras que había "adoptado" (no eran mías) en el Belén de Playmobil, que puse en Navidad en mi Twitter, pero me quedaba "el gusanillo" de hacerlas por mí mismo para tenerlas yo, aprovechando eso, que disponía de piezas. La más difícil de conseguir ha sido la figura de mi hermana (la princesa), me habían dado el pelo (es el mismo que el del Nacimiento que puse por fin de año) y la cara (que estropeé por extraérsela con unas tijeras: no os aconsejo hacerlo; para desarmarlas lo mejor es ponerlas en posición sentadas en el suelo, levantarlas hasta que solo los talones se queden tocando el suelo, y darles un golpe seco en la cabeza, así no se daña nada), así que tuve que conseguirle otra cara (la verdad es que me la regalaron).




Para la figura de mí mismo, el resultado es fruto de varias figuras: dos caballeros (en realidad un rey y un caballero), y con mi hermana comparto el brazalete. Lo perfecto hubiera sido que "mi cuerpo" fuera amarillo entero o blanco, pero como os conté al principio es difícil elegir todo tal cual te agrada, en cualquier caso el rojo y el amarillo no están mal, son colores que me gustan. En todo caso "mi cuerpo" no es definitivo, si encuentro una combinación de ropa de caballero blanca (o amarilla) se la pondré, más que nada para que combine lo más cerca posible del bonito traje de mi hermana. Y es que un caballero, sin su princesa, no sirve de nada.

Por supuesto, para mí barba de cuatro días, cómo no.



| Redacción: CODE Intermedia | codeintermedia.com