El pasado verano la marca de frutas Granini organizó un concurso en el que, adquiriendo dos botellas de zumo, te regalaban una caja de fruta y, además, si luego les enviabas una foto de esa fruta que te enviaban (la publicabas en una red social y la compartías, obviamente con el objeto de darles publicidad) te obsequiaban con un vale descuento en tu próxima compra.
Yo -por fortuna- no soy cliente de esa marca, pero sí una chica que conozco que decidió regalármelo. Así que decidí participar. Una semana o dos después de enviarles la participación, me llega la fruta, una caja de melocotones en este caso. Mi primera sorpresa fue cuando vi que la caja de melocotones no procedía de Granini, y me sorprendí: ¿qué son, otra firma más "remarcadora" de fruta, en este caso? Parece ser que sí. La fruta la enviaba una distribuidora que, eso sí, usaba un pack de Granini, pero no era Granini. O sea: Granini, un productor de zumos de frutas, NO tiene fruta.
Pero lo más indignante, aun siendo eso, no era solo eso. Lo más indignante es que la fruta me llegó en un estado penoso, totalmente machacada y, como podéis ver en las fotos, la mayoría en avanzado estado de putrefacción. Supongo que en el viaje no habían tenido el detalle siquiera de almacenarlo en condiciones adecuadas.
Uno puede pensar -yo también lo pensé- que era algo lógico tratándose de un producto perecedero. Ahora bien, si yo, que soy poco entendido en fruta, sé hasta éso, ¿cómo es que los de Granini, "expertos en frutas", no lo sabían? ¿Cómo es que organizan un concurso de este tipo, y no tienen en cuenta y en consideración las características especiales del producto que sortean, para así obrar en consecuencia y asegurarse un buen transporte? Parece ser que eso les traía sin cuidado.
Con todo el dolor de mi corazón tiré la caja de fruta, y les escribí, enviándoles fotos e incluso poniéndolas en Twitter. Les dije que si querían publicaba las fotos (cosa que hice, por cierto), pero que igual era publicidad negativa el que, una compañía de zumos, apareciera con fruta en semejante estado. Por supuesto me respondieron, diciéndome que, obviamente, quitase esas fotos y me reenviarían una nueva caja. Temiéndome lo peor nuevamente, les respondí que no me parecía muy buena esa idea, ya que podían llegarme también en mal estado y me dolería que, en el tiempo en que vivimos donde tantas personas carecen de alimentos, tener que tirar a la basura otra caja de fruta. Me dijeron que eso no les importaba, pero yo les dije que a mí sí que me importaba y que, de enviarme, me enviasen el vale descuento (al fin y al cabo, la foto yo ya la había publicado), y no la fruta otra vez.
Para tenerme contento me respondieron diciéndome que me iban a enviar el vale e insistieron en darme una nueva caja, pero que quitase las fotos donde aparecía su fruta en semejante estado. Retiré las fotos y esperé, esperé y esperé... Esperé como un tonto hasta el día de hoy. Nada menos que cuatro meses ya, y no han enviado nada. Obviamente me habían engañado, me habían mentido descaradamente con el único objeto de que retirase las fotos, creyendo que luego me olvidaría del asunto y tan contentos. Pero no, las fotos las conservo (las veis en este artículo), y las publico de nuevo ahora para que todo el mundo sepa no solo lo falsa que es esta gente de Granini, sino cómo funcionan. Te venden sus zumos como de la más alta calidad del mercado, cuando en realidad ellos no tocan la fruta, no saben de dónde sale y, más aún: sólo son remarcadores. A saber de dónde vienen sus frutas y a saber cómo -¡y quién!- hacen sus zumos. Como siempre, mera publicidad, marketing vacío para venderte una imagen que no es ni remotamente parecida a la real.
Obviamente, sigo sin comprar sus zumos de fruta y, por supuesto, si comprase zumo embotellado no sería de su marca.
| Redacción: CODE Intermedia | codeintermedia.com