Durante estos meses el mercado de la bicicleta está experimentando su mayor auge y movimiento del año. Los días más largos, más horas de sol y también el buen clima invitan siempre a coger nuestra bicicleta y salir con ella de paseo o, incluso, hacer nuestras pequeñas rutas. Hay quien se atreve a servirse de este vehículo limpio, económico y fácil de mantener incluso para recorrer enormes distancias, por ejemplo en el camino de Santiago o en rutas turísticas de largo recorrido. Por supuesto, también hay quienes usan la bici para ir a trabajar, o para salir durante todo el año.
Normalmente de entre los componentes que forman la bicicleta nos solemos fijar en la transmisión, el cuadro, los frenos... Y no son pocas las veces en las que olvidamos uno de los elementos que más colaboran a que nuestro tiempo sobre la bicicleta se convierta en una tortura, o en un placer: el sillín.
Todo el mundo sabe -y no es un secreto para nadie- que los sillines de serie que llevan la mayoría de bicicletas del mercado dejan bastante que desear. No solamente son poco anatómicos, sino que son incómodos, y aunque casi siempre los fabricantes invierten mucho en los componentes mecánicos, cuando nos subimos a la bici comprobamos al poco tiempo que en sillines no hacen el mismo esfuerzo. Así, lo que debería convertirse en una experiencia gratificante, como es ir en bici, acaba convirtiéndose en una molestia, como si nos subiéramos en un potro de tortura.
Un gran problema con el que se encuentran muchos usuarios de bicicleta es qué sillín elegir. En el mercado hay muchísimos, y de muy diferentes precios, con tecnologías variadas y variopintas, y para el poco habituado a lidiar con estas cosas se convierte en todo un dilema.
No obstante, suele cumplirse una norma básica que conviene recordar: el peor sillín del mercado es mejor que el mejor sillín de serie montado, por lo general, en la mayoría de bicicletas de gamas medias y bajas. Esto es así porque, -siempre hablando en general- uno de los elementos en los que más suelen ahorrar los fabricantes es precisamente el sillín, de manera que cualquier sillín que te compres tú aparte siempre será mejor que el que te haya venido con la bici.
Claro que tampoco hay que irse al extremo y acabar con uno de esos sillines "de plástico barato" que vemos en algunas tiendas y grandes almacenes, porque por un poco más de precio -poquísimo- podemos irnos a una marca de renombre, de confianza y que nos aporte por lo menos un mínimo de calidad.
En el mercado encontramos un sinfín de variantes, con elementos de carbono, suspensiones por muelle, de elastómeros, por gel... Como el sillín es una de las partes más esenciales para ir en bici confortablemente, elegir el que mejor se adapte a nosotros es esencial.
Muchos aconsejan que se prueben diferentes tipos de sillines, porque cada persona es un mundo, con anatomías diferentes, y no con todos se obtienen los mismos resultados. Por supuesto esto es muy cierto, pero entonces ¿qué hacemos? ¿Vamos tienda por tienda sentándonos en todos los sillines que encontremos? La verdad es que esto no es muy realista, teniendo en cuenta que, además, en cuanto a sillines la mayoría de tiendas físicas están muy mal surtidas, de manera que, como no vayas con un modelo en mente, te acabarán insistiendo para convencerte de que adquieras el que a ellos les parezca, y no el que se acerque más a lo que necesitas.
Y es que el que un sillín nos quede cómodo o no también es algo subjetivo, podemos estar habituados a un mal sillín que nos produzca malestar (e incluso malas posturas), y que debido a la costumbre corporal (el cuerpo trata de adaptarse y compensarlo) creernos que ese sillín nos sirve, cuando en realidad no es así. Como ves, no es tan sencillo elegir nuestro mejor sillín, menos aún acertar con uno cuyo precio y calidad no sea casi tanto como el de la bicicleta, sobre todo si nuestra bicicleta es de gama media o baja.
Además de nuestra postura al pedalear, un sillín dependerá también de la forma en que vayamos en bici. Si solemos ir sentados muy inclinados, como en competición, adoptando una postura de bici de carretera, o más erguidos, necesitaremos un tipo de sillín u otro. En el primer caso necesitaremos un sillín más alargado y estrecho, y en el segundo uno que tenga la plataforma de apoyo posterior (donde van los glúteos, para que nos entendamos) más ancha.
Esto es así porque, si usamos un sillín ancho cuando pedaleamos normalmente muy baja y agresivamente, las rozaduras constantes nos acabarán produciendo heridas y, a la inversa, un sillín estrecho en posiciones erguidas nos pueden producir terribles dolores tanto de cadera como de espalda (además de que conduciremos con mucha más tensión).
Por supuesto, los sillines de competición, estrechos y muy ligeros son, también, los más caros, pero para adquirir un buen sillín que nos sea útil durante mucho tiempo no hay que tampoco desembolsar mucho dinero, y el que os traemos aquí es una buena muestra de ello.
Con éste sillín os daréis cuenta de que compensa el coste de cambiar de una vez vuestro molesto sillín de serie, ya que enseguida notaréis la enorme diferencia. De hecho, un sillín confortable os dará una experiencia tan diferente que os parecerá que habéis cambiado de bici.
Velo es uno de los fabricantes de sillines más renombrados y famosos del mundo, de hecho son expertos en sillines, y el que os mostramos aquí es el modelo Velo Plush D2.
Puede que estos modelos de Velo os resulten difíciles de encontrar entiendas físicas (y de hecho, lo son), mi consejo es que lo adquiráis en una tienda online, en Bikester en este caso, donde además encontraréis mucha más variedad de opciones en cuanto a sillines que se ajustan a todo tipo de estilos y necesidades. De hecho, en Bikester es donde también adquirí en su día la transmisión de Shimano para mi bicicleta, un tipo de transmisión que era muy difícil de encontrar en otras tiendas. Y es que la ventaja de Bikester no es solo su amplia variedad de productos, sino sus competitivos precios, la comodidad de compra, y la rapidez en el servicio.
Hay gente que sigue siendo bastante reticente a adquirir piezas o materiales de ciclismo por internet, y sobre este particular quería aprovechar para hacer un inciso: por mi experiencia, es más beneficioso adquirir determinados materiales por internet que en tiendas físicas. Cierto que también hay que saber elegir una buena tienda online, claro, que no todas son iguales, pero la variedad y amplitud de catálogo que te ofrecen las tiendas online no lo encuentras normalmente en las tiendas físicas y, si las encuentras, son muchísimo más caras esas piezas y marcas que su mismo modelo online.
Algunos dicen que los productos son más caros por los gastos de envío, pero yo tengo comprobado que, incluyendo gastos de envío, aún así compensa adquirir estas cosas por internet, porque al tener precios más asequibles y ajustados el precio total es significativamente menor. De hecho las cosas para la bici que adquirí en tiendas físicas siempre me resultaron mas caras que si las hubiera adquirido online.
Dicho esto, entremos en materia respecto al Velo Plush D2. Se trata de uno de los sillines más anchos que tienen en Velo y, por lo tanto, uno de los más confortables, en donde prevalece la comodidad de largas jornadas (o un uso intensivo) en la bici a la agresividad del pedaleo constante. Quizá por eso es un sillín muy apto tanto para personas de mediada edad, como para mujeres -de hecho, en Velo lo comercializan como sillín de mujer-, aunque es tan cómodo que, gracias también a la presencia del canal antiprostático, hará que nuestras ingles sufran menos.
En la parte central posee una pronunciada cavidad, que acaba en la zona perforada. Su función es doble: por una parte, airea y oxigena toda la zona de apoyo y, por la otra, circulando en días de lluvia evita que se acumule el agua, sirviendo de canal de evacuación. También esto facilita que el sillín se seque más rápido, si dejamos la bici bajo la lluvia. Otro detalle que dice bastante a favor de la calidad del sillín y del cuidado que en él han tenido en Velo es la escala de guía en uno de los carriles, algo que no todos los sillines ofrecen. En ella en Velo nos advierten de la posición máxima y mínima que podemos darle al sillín sobre los raíles de la nuez en la tija de la bicicleta. Es un detalle menor pero, como digo, poco habitual y que nos muestra el saber hacer de Velo. Esta escala nos permite ajustar con más exactitud la posición longitudinal del sillín. Recordemos que esto se realiza con ayuda de una plomada (o una cuerda con un peso) y con las bielas en posición horizontal, estando nosotros subidos en la bici, colocando los pedales a la misma altura. Cogemos la plomada y la ponemos a la altura de la rótula, y debería caer justo en el extremo de la biela. Si cae por delante, entonces necesitaremos atrasar el sillín; si, por el contrario, cae por detrás del extremo de la biela, necesitaremos adelantar el sillín. Obviamente cualquier cambio en la posición longitudinal del sillín (ponerlo más hacia adelante o más hacia atrás) afecta a la altura del sillín, ya que si lo echamos hacia atrás la pierna realizará más recorrido, y si adelantamos el sillín, el recorrido de la pierna (y la distancia al suelo) se acortará, por lo que tras el ajuste longitudinal deberemos ajustar la altura de la tija y volver a realizar el ajuste longitudinal, hasta encontrar la distancia perfecta según nuestras medidas.
Un buen indicativo de que tenemos un sillín mal ajustado es si al pedalear tendemos a echarnos hacia atrás, lo que suele querer decir que tenemos el sillín demasiado bajo, o demasiado cercano al manillar. Si es el caso contrario, y tendemos a pedalear en la punta, necesitaremos acercarlo más o bajar la altura de la tija. Obviamente también afecta ésto cómo nos coloquemos en el sillín, o por la zona que estemos pedaleando, hay sillines que tienen una tendencia natural a "dejarnos caer" hacia adelante, por lo que si nos sentimos incómodos tal vez sea mejor elegir un sillín con una plataforma mayor o uno con una punta menos afilada (o más plano). Otros sillines, sobre todo algunos muy deportivos, tienden mucho a que busquemos la zona más atrasada, y en este caso deberemos considerar nuestra posición habitual y no seguir una estricta teoría porque a la hora de pedalear podemos estar adoptando una posición que en estática no es la misma.
Como podéis ver por las etiquetas, y en la serigrafía que aparece en el propio sillín, el sistema de amortiguación utilizado en este modelo es el Gel. Sin recurrir a otro tipo de amortiguación (por elastómeros o muelles, que tenemos en otros sillines diferentes pero, obviamente, también más caros) podríamos pensar que el Gel se queda corto en materia de amortiguación, y en efecto es así. Por eso en Velo han tenido la genial idea de recurrir al Gel de alta densidad, uniendo de esta manera ligereza y comodidad. No obstante si buscas una amortiguación mayor, recuerda que en Velo tienen sillines con muchos otros sistemas, entre ellos un sistema de amortiguación "flotante" en el carril, que evita el sobrepeso de un sistema de muelles o elastómeros.
Respecto a la zona central perforada, en la actualidad existen tanto fieles defensores como detractores de ella, pero creo que -tanto para hombres como para mujeres- es un añadido muy valioso que una vez has probado -y comprobado- su eficiencia y utilidad, cuesta dejar. Además, hay que tener en cuenta que, con los kilómetros (y los años) se pueden ir haciendo más evidentes problemas en esa zona, por lo que para ahorrarnos contratiempos a largo plazo lo mejor es prevenir.
Esta zona favorece la irrigación y reduce la presión en la parte baja de la ingle, de esta manera permitimos que esa zona se quede sin presión, algo que quienes andamos en bici durante años notamos bastante, y que consigue que podamos pedalear más cómodamente y sin molestias. De hecho con este tipo de sillines podemos hacer más kilómetros acabando en mejores condiciones, en lugar de caminar como un "pato mareado", como muchas veces ocurre, cuando nos bajamos de la bici, por las molestias que nos causan los malos sillines.
Como habéis podido comprobar por todo lo expuesto anteriormente, la gama Plush de Velo es un sillín muy completo, polivalente, y con la garantía de una gran marca. Por lo poco que cuesta (lo tenéis en Bikester en oferta en la actualidad) merece la pena decidirse por un modelo de un buen fabricante, en lugar de sufrir la tortura de los sillines que la mayoría de marcas de bicicletas incorporan de serie. Tu comodidad y confort en bicicleta y, sobre todo, tu salud, te lo agradecerá. Las ventajas son, por tanto, indiscutibles, y pocos sillines encontrarás con tanta calidad y de un precio tan competitivo.
| Redacción: CODE Intermedia | codeintermedia.com