La amenaza de la televisión y el temor a su popularización y a que acabase con la radio (no era una simple opinión, realmente se llegó a temer que ocurriera) hizo que algunos fabricantes "se pusieran las pilas" y, aparte de ofrecer aparatos de radio para la sintonización habitual de AM (y SW en algunos casos, incluida), ofertaran a sus clientes algún extra más. Así, de receptores con la única posibilidad de recibir las transmisiones de Onda Media, se pasó a receptores con posibilidades de lo más variopintas en cuanto a las frecuencias que eran capaces de recibir.
Uno de esos extra eran los aparatos de radio que podían sintonizar con las emisoras de los aviones, pudiendo escuchar las conversaciones de radio entre la torre de control y las cabinas de los pilotos. La intención era ofrecer, a aquellas personas que viajaban mucho, un curioso entretenimiento y, por qué no, un extra de información.
Otros fabricantes idearon añadir, además del receptor AM, receptores para la banda ciudadana o CB. Así, quienes adquiriesen esos aparatos podían escuchar las conversaciones de los radioaficionados que, por todo el mundo, estaban yendo en aumento. Por supuesto no había nada parecido a programas o emisoras de radio, y lo único que intentaban satisfacer era la curiosidad de los oyentes aunque, al poco tiempo, esa banda acabara convirtiéndose en algo tan aburrido que resultaba inútil tenerla.
Rayando la locura incluso podías encontrar aparatos receptores de radio... ¡que sintonizaban con la frecuencia de la policía! Algo impensable ahora pero que llegó a venderse en un receptor de bolsillo. Cuando acabases de escuchar el noticiario o tu programa favorito, podías cambiar de frecuencia y escuchar (o "cotillear") lo que ocurría por tu ciudad sintonizando la radio de la policía.
Pero los más interesantes de todos estos aparatos con esas extrañas bandas de sintonización añadidas eran, sin duda, los que te ofrecían la sintonización de la televisión. Así, podías pasar de escuchar tu programa de radio en AM o FM, a sintonizar la cadena de televisión y poder escuchar (que no ver, obviamente) una película, programa o lo que estuviesen retransmitiendo en aquel momento. Emerson y Soundesign eran dos de las marcas que tenían receptores con tal curiosa función.
Hay que reconocer que para algunos casos esto venía bien, por ejemplo, si tenías que perderte un episodio de tu serie favorita por estar en coche, o porque tenías que ir a algún lugar caminando. Podías escucharla con tu radio. Había varios inconvenientes, sin embargo. Uno de ellos el que las cadenas de televisión no eran tan numerosas como ahora. Además, la recepción dependía más que nada de tu ubicación, por lo que desplazarte de un sitio a otro podía darte problemas. Y otro inconveniente era que te perdías las imágenes, y transmitir sonido sin imágenes en un medio como la televisión donde la imagen es uno de sus pilares fundamentales se hacía bastante tedioso para el oyente, a no ser que fuera alguna serie o programa enormemente interesante y muy, muy puntual.
Por supuesto, ninguna de estas soluciones o añadidos tuvieron demasiado éxito, y aparte de comercializarse por pura anécdota, no consiguieron perdurar mucho en el mercado. Así que la radio no consiguió vencer a la televisión a base de tecnología o con elementos extra, pero, como todos ya sabemos, sí conseguiría hacerse su sitio reinventándose en parte a sí misma.
| Redacción: CODE Intermedia | codeintermedia.com
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