Suelo llevar siempre conmigo una pequeña navaja, que siempre me suele sacar de más de un apuro y sirve para multitud de utilidades. Esta era hasta hace poco una Victorinox, la cual me dio un más que estupendo servicio. Hablo en pasado porque hace poco se la presté a un amigo y la extravió, de manera que no me quedó más alternativa que hacerme con otra.
No quería otra Victorinox por dos razones: porque son más caras, y porque no quería correr el riesgo de perderla y gastar el dinero inútilmente. Quería una asequible, de calidad pero sin llegar a ser necesaria la exclusividad de Victorinox.
En un primer momento incluso contemplé la posibilidad de adquirir una de marca china, que son muy baratas, pero las deseché para no verme comprometido por su calidad. No quería una buena navaja, pero tampoco de las malas, porque llevar una navaja de pésima calidad es como si no llevaras nada, además de ser peligroso.
Al final elegí una pequeña navaja tipo estilete de la marca Albainox, que es a la vez una submarca de la marca española (albaceteña) Martinez.
La navaja es muy estilizada, como he dicho es de tipo estilete, nunca había tenido una navaja así y la verdad es que tras la extrañeza inicial me agrada bastante. Posee detalles que agradecerán muchas personas, aunque en lo personal a mí no me gustan. Por ejemplo, sus cubiertas son de madera tratada y pintada (bueno, en realidad es de un polímero denominado Mikarta o Micarta, y que puede obtenerse tomando cualquier cosa como base, en este caso parece que madera), y en realidad nada de la navaja es de resina o plástico: todo es madera o metal, siendo éste acero inoxidable para la hoja y el cuerpo principal (aunque en Albainox mencionan que posee la virola de aluminio en este modelo, y que yo sepa el aluminio no es un metal magnético, sin embargo esa pieza de mi navaja sí lo es, lo que deja en evidencia que no es aluminio, sino acero), y latón para los remaches de las cachas.
Yo hubiera preferido las cubiertas o cachas de resina en lugar de madera, pero ya digo que eso va en gustos.
Al contrario que otras navajas, la hoja carece de muesca (la llamada "uña"), y se abre sujetándola con los dedos, para lo cual la hoja posee una forma descendente en los laterales con el fin de dejar espacio para esa función.
No es difícil abrirla porque el retén y tensor (el resorte en conjunto, vaya) no hace mucha fuerza al plegarla ni al desplegarla, aunque sí al final del recorrido ejerce una presión significativa (y necesaria, por cierto). El mango tiene una forma bastante ergonómica, y una vez desplegada al tacto se nota claramente dónde termina la virola y comienza la parte "peligrosa" (o sea, de corte) de la navaja.
A diferencia de mis anteriores Victorinox y otras similares del mercado, la Albainox se nota que es claramente una navaja con posibilidades de ser afilada, ya que su lomo (la parte contraria al corte) es grueso y con mucho metal, o sea que podemos someterla a numerosos afilados sin correr el riesgo de debilitar la hoja.
Lo que más me ha gustado es la tipografía estilo victoriano del nombre del modelo, "Vendetta", en la hoja, junto con el dibujo de una persona con máscara, de perfil. Por desgracia el nombre no va grabado, sino serigrafiado, aunque lo que sí va grabado es la marca (y el logo) en la parte de unión con el mango, o sea: en el pie de la hoja (donde suelen ir las marcas), llamado recazo.
Que el nombre de modelo vaya serigrafiado y no grabado ya nos deja ver claramente que no es una navaja de mucha calidad, ni elitista. De hecho no aparece por ningún lado el lugar de fabricación, ni en la hoja ni en el embalaje, lo cual tiene su explicación: aunque Albainox es una marca española, como empresa solamente se encarga de la distribución y, por desgracia, como tantas otras marcas de tantos otros productos, su fabricación es en China. A su favor tienen que ellos diseñan las navajas y el proceso se desarrolla bajo su supervisión, pero por lo que cuesta no hay que esperarse acero español, sino acero chino.
Cuando la fabricación es española (o suiza, como en las Victorinox o en mi añorada Wenger) lo ponen siempre claramente en el recazo, en donde si es española suelen grabar "Spain" bajo el grabado del nombre de la marca. Tengo que confesar que cuando la compré no sabía que no era española, de hecho una de las cosas que me empujó a hacerlo fue ver el nombre de la marca en la caja.
No obstante tiene bastante calidad, a un precio que, además, no es que sea para tirar cohetes pero que tampoco es caro: 2 euros. Es cierto que es en ese precio donde se suelen mover este tipo de navajas, bajar de ahí es peligroso por lo que comentaba de penalizar en demasiado la calidad del instrumento.
Sobre su corte he de decir que sin ser una maravilla, funciona bastante dignamente. Está por detrás de la Victorinox que tenía (que cortaba como una hoja de afeitar, por cierto) pero también es parte del precio que hay que pagar por una hoja robusta como la que tiene y por una navaja de un par de euros. Eso sí, no tenemos que esperar el excepcional acabado de una Victorinox o de una Wenger, esta Albainox está a años luz por detrás.
En definitiva, una navaja aceptable para usar esporádicamente, apta para quienes no les pidan demasiado y con una relación calidad-precio bastante competitiva. Además, con una forma muy ergonómica y que ofrece una sujección bastante segura. En términos generales podría calificarse como una navaja ideal para sacarnos de algún apuro y que, además, gracias a su forma de estilete podremos usarla como un improvisado punzón. Es una buena opción para quien no quiera gastarse el dinero en una navaja de calidad, pero que tampoco quiera que su dinero vaya en su totalidad a China. Al menos con Albainox sabemos que una pequeña parte de lo que paguemos (sea esto mucho o poco dinero, en eso ya no entro) irá a manos del fabricante español. El punto negativo es el de siempre: estamos alimentando empleos precarios y trabajo miserable en China, lo cual ya no es tan agradable. Por esa misma razón dudo que repita con la marca, y para la siguiente vez que necesite otra navaja intentaré ahorrar algo más de dinero y llevarme una fabricada íntegramente en origen en un país no-asiático, sino puede ser española o suiza, pues alemana, que también son bastante competentes en este tipo de instrumentos.
Por otro lado, eso tiene su punto también positivo: si pierdo (ejem... o "me pierden") esta navaja, no me dolerá tanto el no volver a verla.
| Redacción: CODE Intermedia | codeintermedia.com
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